EL MUNDO publicó este fin de semana un reportaje sobre la figura del Administrador concursal y apunta que dado el estado en que llegan las empresas, la saturación y la burocracia de los juzgados, unido a la ineficacia de la ley hace que a pesar de que su función sea salvar a la compañía de su insolvencia, un 95% de estas termina en liquidación.
Diego Comendador vicepresidente de ASPAC, resalta que «la ley debería ser un hospital y no un tanatorio, una herramienta de reestructuración empresarial», así como a la hora de designar administradores concursales regulando el control de acceso a la profesión con unos requisitos mínimos, pues estos «…son prácticamente nulos…» provocando una disminución de la profesionalidad.
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